Monseñor Auxiliar Bernardo Álvarez, destacó el rol de los padres y apoderados, de acompañar y guiar el camino de aprendizaje de sus hijos y de participar en estas instancias de encuentro, de acogida y de celebración en la fe, en donde los terceros y cuartos medios junto a sus familias se reúnen en torno al altar. “Hoy vivimos en una sociedad muy desafiante, por lo que dejar un espacio para encontrarnos como comunidad y para divulgar la presencia del Señor en medio de nosotros, es en verdad un espacio de gran necesidad y gran gracia”. “Nos hace mucho bien estar cerca de Dios, escuchar la palabra de Dios, nos hace bien celebrar la eucaristía, darnos la paz. Dios a través de instrumentos se hace presente a través de nosotros. Sin duda, un gran ejemplo de ello, fue la vida del Padre Pepe, por su capacidad de manifestar la fe, de hacer comunidad, para generar relaciones fraternas, cariñosas, alegres, en torno siempre de la presencia de Dios. Todo lo que fue el Padre Pepe, fue porque un día se encontró con Jesús y recibió sus talentos, los que puso al servicio de la comunidad. Si uno pregunta por el Padre en cualquier lugar de Chiguayante, todos lo conocen, no sólo los católicos. Él supo aprovechar esa gracia y entregar esperanza, alegría y cariño, que a través de su vocación nos enseñó qué bueno es Dios!.
Un arreglo floral que estuvo presente en la eucaristía, fue llevado por el equipo pastoral al día siguiente al cementerio, como muestra del agradecimiento y cariño de las familias de los terceros y cuartos medios a quien fuera nuestro Capellán por tantos años.
