Aniversario Seminario Metropolitano de Concepción

El pasado 21 de Junio este centro formador religioso cumplió 453 años, este fue fundado en 1568, siendo el más antiguo de Chile. En este centro los seminaristas realizan siete años de formación, los cuales incluyen Filosofía, Teología y una Licenciatura en Ciencias religiosas y estudios Eclesiásticos. Aparte de los estudios, también acompañan y apoyan a la comunidad.

El Seminario Metropolitano de Concepción, ubicado en Chiguayante, aún se encuentra formando jóvenes que han sentido el llamado de Dios, llamado que los invita a ser evangelizadores, a estudiar y trabajar por Cristo, a servir a su comunidad en colegios, iglesias, hospitales o centros de reclusión. Día a día los formadores y seminaristas consagran su vida en torno a la palabra en sus jornadas de oración, eucaristía y servicio.

La formación del seminario trabaja en cuatro dimensiones: intelectual, pastoral, espiritual y  humano-cristiana. Fabián Fernández, seminarista y apoyo en nuestro equipo pastoral del Instituto de Humanidades, señala que:

“ Sobre mi experiencia podría decir que ha sido un tiempo para poder conocerme, compartir la formación y la fe con los demás hermanos y formadores. En lo pastoral ha sido una alegría poder compartir en el colegio, ya que aparte de la experiencia pastoral que uno pueda adquirir, es un espacio lindo de encuentro con quienes se comparte la vida en la fe”.

Este año nos encontramos más cerca del Seminario Metropolitano de Concepción, trabajamos en conjunto y queremos agradecer su acogida y acompañamiento al Padre Bernardo Álvarez, director del seminario, quién nos ha puesto a disposición su tiempo, sabiduría, experiencia y nos ha vinculado al crecimiento de los seminaristas invitándolos a ser parte activa de nuestro pilar evangelizador. 

Le deseamos un feliz 453° Aniversario al Seminario, a sus formadores y a sus seminaristas. Que cada experiencia vivida en este tiempo sea para fortalecer su vínculo con la iglesia, el servicio a la comunidad y la vocación de entregar a las manos de Dios su vida.